Soy Úrsula y soy colombiana, conocí a ese macho re macho con lo que todas las mujeres soñamos inconscientemente, de rasgos indígenas , salvaje hermoso y agresivo.

El vive en México y me pidió que lo recogiera en el aeropuerto de Bogotá para tomarnos algo y revisar sus negocios en Colombia, cuando lo ví salir de la puerta tenía al pene parado y sabia que estaba durito y rico por mi, me mojé inmediatamente, yo estaba vestida de negro , en minifalda y ligueros ( yo sabia a que iba). 

Cuando me vió me abrazó y con sus dedos tocó mis pezones mientras me saludaba. Los labios de mi vagina estaban mojados y sentí que todo me palpitaba. Durante el camino a su casa en el taxi nos empezamos a besar, su lengua ardiente recorrió mi boca, mi cuello mis orejas, yo toqué su grande y abultado pene abriendo su cremallera y sintiendo cual mojado estaba. Moví mi mano de arriba hacia abajo y él me tocó en la entre pierna, cada vez más al fondo hasta que rozaba deliciosamente mi clitoris.

En su casa tomamos unos tragos y en ese momento le propuse ser su cena... tomé frutas almibaradas y las puse en mi vagina, senos... mientras el retiraba lentamente mis ligueros, luego la leche condensada la derramé en su pene y lo chupé, era tan rico y tan grande que no me cabía totalmente en la boca. Alli comenzó ese animal salvaje traido de la entrañas de la selva a penetrarme en cuatro , hicimos el 69, me empezó a pegar palmadas en mi trasero y a meterme el dedo en el ano, su lengua atravesó mi vulva y sus dedos rasgaron mi vagina.

Me metió 3 dedos mientras chupaba mi clitoris, luego me lanzó fuertemente sobre la cama y sin piedad me penetró por detrás follándome con esa fuerza primitiva hasta que se derramó adentro, me tiró cuantas veces quizo en la noche sin dejarme de quemar con su cuerpo, esto es simplemente un breve relato, aun faltan detalles, besos, Úrsula.