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Categoría: Incestos

Será amor o pura obsesión (parte 4) Final

Hola, ojalá no los aburra con mis anécdotas, la verdad es que no puedo contarle mis aventuras a nadie, no tengo muchas amistades y las pocas que tengo son muy especiales y conservadoras, por lo que mi aventurilla con mi suegro es mega secreta, seguiré contando las cosas que pasaron en el viaje.



Después de lo que paso en el baño de la tiendita, me quede súper dormida, estaba súper agotada y sentía cruda moral, al cabo de unas horas llegamos a la CDM, obviamente como tenía viáticos pagados nos hospedamos en hotel de buena categoría, al fin y al cabo yo no pagaría, usamos el nombre de mi marido como el invitado en mi habitación, el hotel tenia alberca y tina, llegando a la habitación me saque el vestido y me metí al baño, llame a mi marido y avise que ya estaba alojada, tocaron mi puerta y le invente que era servicio al cuarto, ya que no había comido nada y estaba hambrienta, abrí la puerta de mi baño y deje pasar a mi suegro, hice una señal de silencio, y seguí hablando con mi esposito, mientras me manoseaba y succionaba mis bubis, estaba en un mini cachetero, me pide con señas que me voltee saco su celular y me empezó a tomar fotos, yo solo me di vueltas y empecé a posar como una modelo de ropa interior, ya me había calentado su cara de lujurioso y decidí cortar la llamada con mi esposo, hicimos el amor como dos personas decentes jajaja eso creo yo, al terminar me puse un traje de baño recién comprado que me hacía ver como una adolecente, bajamos a la alberca y me paseaba con mi delgadez entre el lobby, la alberca y los camastros haciendo que los hombre me voltearan a ver, comencé a sentir que eso le había faltado a mi vida, lujuria y pasión para sentirme más segura de mi cuerpo y mi sensualidad, me senté a un lado de mi hombre a beber una copa, se me acercó un chico como de unos 22 años y me dijo – hola estás sola?? Le dije - no, volteando a ver a mi suegro, quien esta rechonchito y canoso, el chico se ríe entre dientes por lo que mi suegro se incorpora y le dice, - no te rías amigo, mientras tu estés pajeandotela en la madrugada, yo le estaré reventando el culo a mi amada.



Yo me sorprendí muchísimo con la contestación y solté una risotada, le dije - no te creas, así es el, no está enojado, digo lo de romperme el culo es verdad, te invitaría pero en la tarde me han dado como si se me fuera a acabar y hoy te quedaría mal. El chico se ríe y se levanta me da un papelito con su celular y se va, y pienso… ya tengo cogida si vuelvo a venir a la ciudad. Regresamos a la habitación llenamos la tina agregamos espuma y estuvimos ahí alrededor de una hora nos besamos, platicamos y lo puse a darme unas lamidas de conchita, la verdad estaba tan rosada que ya no quería más ese día, al terminar me sentía relajada y me dispuse a dormir, a eso de las 4 am me despertó el sonido de mnsj, le pedí que me dejara dormir porque al día siguiente tenía que ir a trabajar, me dijo que se contactó con un amigo de la universidad que vivía ahí, mientras yo trabajaba lo iría a visitar, le dije sí, no hay problema, me dice - de hecho está casado con una fotógrafa, han viajado mucho y son muy modernos, te van a caer bien, le estoy mandando tus fotos y dice que estas exquisita, que pareces una jovencita. Yo me asuste y le pregunte si no las mostrarían, que hay de mi marido, su hijooo!! Y mi suegra, su esposaaa!! Pero insistió que son muy mente abierta.



Al día siguiente termine mi reunión a eso de las 3 de la tarde regrese y dormí hasta las 6, cuando me despertó con un beso y me dijo mira es para ti te traje un regalo, abrí la caja y era un vestido precioso de coctel color rojo, y pegadito jamás he vestido de esa forma, insistió y me lo puse, fuimos a una restaurante de la zona rosa, recogía miradas de todos lados mi caminar fue otro, solté mi cabello y sentía que mi perfume embriagaba a los hombres, me senté, ya nos esperaban una señora cincuentona de pelo pelirrojo largo y rizado, vestida como hippie de los 60’s, con senos grandes y ojos verdosos, a su lado había un hombre de la misma edad, con una coleta de caballo, un chaleco de cuero con parches e insignias, su cuerpo era robusto pero delgado tenía un tatuaje en su brazo, parecía motociclista, cenamos platicamos hasta las once, yo estaba más briaga que cuerda, y me había soltado por completo, pedí a la señora que me acompañara al baño, adentro del baño tomo mis manos y me dio una vuelta, me expreso lo joven y linda que era, que hacía mucho no le tocaba algo tan fresco, la verdad es que no preste mucha atención a lo que dijo, toco mis labios con sus dedos y empezó a besarme, me besaba tan rico y suave, yo le respondía sin duda, acaricio mi trasero e instintivamente le subí la mano, solo me sonrió, regresamos a la mesa donde ya había otra ronda, al ausentarnos los hombres habían cambiado de lugar, estábamos ella y yo pegadas en el mismo lado de la mesa, seguimos tomando y ella comenzó a acariciar mis piernas por debajo del mantel, yo no sabía si era parte de los planes raros de mi suegro, pero el parecía no darse cuenta masajeo un rato mis muslos hasta llegar a mi vulva, sentía el calor de sus manos, junto con lo mojado de mí concha, hizo a un lado la tanga, hacia círculos con sus dedos en mi clítoris, yo comencé a jadear, y ella a calentarse bajo la protección de aquel mantel amarillo, introdujo su dedo en mí, me lo metía y sacaba, y yo sentí que me corrí, abrí los ojos y mi suegro y el esposo de ella se veían con una media sonrisa, sé que alguno que otro comensal, se dio cuenta, aquel hombre dijo - listo vámonos, y nos fuimos de ahí, yo me tapaba la parte de enfrente temiendo que se me mirara mojado el vestido, al salir buscaba taxi, solo quería llegar al hotel y ducharme, mi suegro dijo - Carmen yo me voy con tigo, y que Lolis se vaya con Arturo, en eso escucho el motor de una moto, en efecto tal y como lo pensé, el hombre era motociclista, yo no me quería subir ya que mi vestido era ajustado y rabón, pero la idea de andar en moto me entusiasmaba, jamás me había subido a una, mi suegro y Carmen dijeron que se adelantarían, me tocaba las piernas en los altos y más allá, sentía lo mojadito y pegostioso de mi concha, al llegar metió la moto a una cochera, lo poco que hablábamos era incomodo, me toco las mejillas y dijo – bien dijo este... Que su nuera era un primor… ahora sabían quién era yo! Me beso, aun no me bajaba de la moto, me subió un poco hacia el asiento, arremango mi vestido y dijo, - con que mi mujer te ha calentado.. Empezó a darme unas mamadas que yo cada vez me sentía más buenota, sabía que no era así pero todas estas circunstancias me hacían sentirme de esa manera, metía sus dedos dentro de mí y se los chupaba cuando los sacaba, apago la luz del garaje y solo los coches que pasaban alumbraban nuestras caras, le pedí que me tomara, el me tocaba de una manera tan distinta, tan sutil, tan amoroso y cuidadoso, que no pensé dos veces a entregarme a él, levante mis brazos y el comprendió la señal, quito mi vestido, recorrió todo mi cuerpo con sus besos, yo seguía parada, me cargo como novia en luna de miel y me metió a su casa, pasamos por una gran cocina, y llegamos a la sala en ella se encontraba mi suegro con Carmen, sentados y besándose, sentí celos pero Arturo voltio mi cara con suavidad, así que lo ignore, llegamos a su recamara tenía muchos cuadros con fotos artísticas, escenas sensuales etc.



Prendió una vela y puso una canción sesentera abrió mis piernas, miro como quien encuentra oro, yo me reí y me tape, nunca había sido muy segura con mi cuerpo, sentía mucha pena, pero el con su cara me había dicho todo… le gustaba lo que veía, se comenzó a desnudar y me abrazo fuerte, yo me volví a calentar, besaba mis más profundos rincones, yo calientísima y nueva fanática del anal, me di la vuelta y me acomode de cucharita, toque su cara y lo bese mientras él se metía, comenzó ese delicioso vaivén, mientras besaba mi cuello y hablaba en francés, yo no podía creerlo quería abandonar a mi marido, dejar al depravado de mi suegro y mudarme con él!, sus manos atrapaban mis senos, cuando sentí que me apretaba más, supe lo que venía, sentí como su verga se hinchaba adentro de mi culo me besaba desesperadamente, y como de adentro su liquido se salía por los bordes de mi ano, dure así esperando a que se le bajara, creo que dormite unos minutos y él estaba frente a mí, mojadito en una toalla me dijo – anda preciosa tomate una ducha te espero en la sala, se puso un short y salió, me bañe toque mi hoyito y sentí que ya no podía con un encuentro más, ya estaba todo madreado, salí envuelta en una sábana y buscando mi vestido, cuando cual fue mi sorpresa que Carmen tenía preparada las cámaras una especie de sombrilla con foco, y ella estaba en calzones! Mi suegro solo se tapaba con una camisa sus partes, entendí que era lo que pasaba, Arturo se paró y me acerco a su cuerpo camine junto a él, hacia al centro de la sala, me explico que les encantaría hacerme una sesión que no se me miraría mi cara, ahora entiendo todas las fotos de su recamara, me sentí avergonzada y me dijo que no me obligaría si yo no quería pero, que sería una experiencia muy padre, diferente y que además se las podía dar a mi marido como una especie de regalo, accedí titubeando un poco, Carmen me mostraba como sentarme, pararme voltear etc. Mire el reloj pasaban más de las tres y media de la madrugada, no sabía cómo me iría a trabajar al día siguiente, Carmen me tocaba la cintura y las caderas para acomodarme, al mismo tiempo me tocaba los pechos, eso se ponía incomodo, a la vista de mi suegro y su esposo, apagaron la luz de la sombrilla y dejo la cámara en una mesita de centro, yo ya no tenía ganas de hacer nada, pero no quería decir que no porque no quería que mi suegro me dijera cosas horribles como un día antes, que a pesar de ser excitantes, me ofendían, me deje llevar cerré mis ojos y abrí mis piernas, jamás había estado con una mujer, ella se hundía en mi vagina y tomaba sus jugos de ella, mordisqueaba mi clítoris y mis labios, abría los ojos y veía a mi suegro mirando fascinado, ella me hacía tocar sus senos, que por la edad carecían de firmeza, introducía sus dedos en mi… ahora además de puta me sentía lesbiana, no sabía cómo actuar, me senté en un reclinable y se subió arriba de mi al sentir que me pesaba mucho me empecé a sofocar, ella se levantó y se paró en el sillón y puso su concha en mi cara me sentí atraída a probarla así que lo hice, que más podía hacer para condenarme, había hecho de todo ya, lamí su sexo como si tuviera caramelo, a ella le gustaba empezó a abrazar mi cabeza y meter a fuerza mi cara en su concha, al cabo de segundos yo ya estaba volteada en cuatro, me pregunto que si sabía que era el “fissting” o algo así, al negarlo puso cara de mi suegro y empezó a meterme de dos dedos, después los tres, después junto los dedos y me los metía y sacaba, ya a ese punto me podía caber un edificio por donde sea, yo ya no podía sentía más dolor que pasión, saca su mano y se pone lubricante, me metió una mano completa!!



Desvariaba, lloriqueaba pero no quería que parara, recordé mi primera vez con mi suegro en el hospital, y me moví yo misma, hacia ella, le dije que lo hiciera por detrás, se puso más lubricante y empezó con el ritual, abrí los ojos por que sentí los destellos de un flash, me estaban tomando fotos, pensé pffff ya que más da, el delicioso Arturo le pidió que sacase su mano de mí, me agarro de la cintura y me cargo como muñequita, se sentó en el reclinable y me pregunto - linda me dejas meterme en ti? Voltee mi cabeza hacia él y le dije que despacio la verdad ya no podía más, se puso lubricante y me sentó encima de él dándole la espalda, yo ni siquiera me movía, el hacía todo, pero sus besos de lado hacían que olvidara el dolor, mientras su esposa se besaba con mi suegro frente a nosotros, yo me entregaba a él, no sentía lo mismo con el que con mi marido, ni con mi suegro, o con aquel desconocido, ni con nadie más, Carmen me dijo tranquila ya va a acabar, en la misma posición acaricio mi parte se inclinó a chupármela mientras mi suegro se la metía por atrás, ya no podía creer, que estaba mirando, ahí estaba yo, hija ejemplar, de escuela católica, de un solo novio, que jamás había sido infiel, hasta que estuve con él, mientras se cogía a esa mujer me miraba fijamente a los ojos, sentí asco por él, ya no me atraía más, no era yo más especial que cualquier otra mujer que haya puesto en esta situación, me convertí en un objeto, en un objeto sexual para él y para otros…



Pero a pesar de eso lo disfrutaba y no dejaría de sentir esas bestias en mi culo solo por mis tabúes, comencé a gritar como ramera a implorar más y más, y me vine en el más delicioso, sucio e indecente orgasmo… regresamos al hotel sin decir ni una palabra, desperté y se me había hecho tarde, me dejo una nota que me decía que se regresaba en autobús, que olvidara todo y siguiera adelante. Me sentí aliviada de que acabara, trabaje regrese a dormir y me regrese con mi marido, quien espero no haya tenido días tan agitados como los míos.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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