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Categoría: Incestos

Los primitos de Mabel

Mabel era una niña muy tímida. A sus doce años cumplidos comenzaban apuntar unas deliciosas tetitas y su pubis comenzaba a oscurecerse a causa del vello que empezaba a poblarlo. No era ninguna ingenua y aunque tímida era muy curiosa y deseaba crecer para conocer los secretos del sexo del que tanto hablaban y no paraban sus amigas de 13 y catorce años. Mabel vivía con su padres y dos hermanas, así que o tenía mucha ocasión para conocer como son en realidad los hombres y mesón su sexo, pero como tenía tres primos muy osados, enseguida pudo disfrutar en los albores de la adolescencia de la observación y masturbación mutua con sus lanzados primos.

Pablo era dos años mayor que ella y hacía lo imposible por tocarle el culo y las tetas a la mínima ocasión. Al principio a Mabel no le agradaba nada aquella persistencia de su primo pero un día el osado pariente cuando le acariciaba el culito mientras la madre de Mable estaba de espaldas, rozo sin querer el virginal coñito de la niña y este roce le produjo tal satisfacción que desde entonces, a pesar de su timidez, Mabel forzaba las situaciones para que el inexperto primo volviera a tocar su vagina. Los padres de Pablo y sus hermanos, regentaban una tienda de ropa y calzado en el centro de la ciudad y hacía allí se dirigía Mabel a la mínima ocasión con la esperanza de que el primito mayor estuviera en el negocio y le metiera la mano bajo la falda. Porque, aunque tímida, Mabel iba preparada para esos encuentros con falditas fáciles de subir dada la situación y la fugacidad con que su primo la sobaba. Un buen día que llegó a la tienda temprano, se encontró con su primo que estaba haciendo los deberes y que, al verla llegar, le pidió que lo ayudara. Ella muy nerviosa acepto esperando su recompensa en forma de manoseo. Pablo le pidió a su madre que le permitiera irse a terminar los deberes al almacén de la trastienda y Aurora aceptó. A Mabel se le formo un nudo en las tripas mientras ella y su primo se instalaban en medio de unas enormes cajas para “estudiar tranquilo” según el. Cuando consiguieron crear un circulo de cajas de dos metros de alto Pablo la invitó a un juego de adivinanzas, advirtiéndole que el que perdiera tenía que mostrarle al otro lo que demandará el ganador. Mabel haciéndose la ingenua aceptó….y perdió. Pablo le pidió que se subiera la camiseta para ver sus tetas. Mabel aceptó y el primo al ver tan apetitoso bocado comenzó a acariciarlas tan rudamente que a la niña le molestaba al principio pero al acostumbrarse le parecía placentero y gratificante. Después de media hora de amasar las tetitas de la niña, Mabel le propuso una adivinanza al primo con las mismas condiciones anteriores y está vez perdió Pablo que tuvo que enseñar absolutamente encantado un pene adolescente absolutamente duro y sin desvirgar que Mable acarició con delicadeza hasta que se asustó al ver como gemía su primo. Pablo le pidió que se quitará la braguita y sin necesidad de adivinanza, Mabel se despojo de la prenda íntima quedando su tierno coñito expuesto a la ávida mirada de su primo que nunca había disfrutado de una visión igual. Según le decía a Mabel, solo había visto el coño de su madre Aurora a escondidas mientras está se duchaba y el de su prima le parecía precioso,
- ¿Me dejas tocarlo?, preguntó con voz ronca
- Bueno….respondió tímidamente Mabel pero párate cuando te lo pida ¿eh?
- OK, respondió Pablo mientras avanzaba su mano derecha hacia el virginal coñito de su prima

Sus dedos inexpertos acariciaron el pubis abultadito de Mabel y está que comenzaba a sentir un especial placer, tuvo que moverse un poco para que los dedos de Pablo alcanzarán el interior de sus labio vaginales.
- Huuuummm, huuummm, suspiraba la niña mientras cerraba los ojos para sentir aquel nuevo placer
Pablo que se dio cuenta enseguida que su prima estaba disfrutando con aquello, comenzó instintivamente a meter y sacar despacito el dedo índice derecho en la vagina de su primita. Está lanzó un suspiro más profundo y abrió las piernas para recibir aquella deliciosa caricia. Pablo obraba por instinto animal pero a Mabel le gustaba aquello. Agarro la polla de su primo y comenzó a apretarla. Pablo que estaba en la edad de masturbarse varias veces al día, le indicó como debía hacerlo así que mientras el iniciaba un lento metesaca en el coñito de Mabel, está empuñaba la polla del primito adelante y atrás hasta que esté comenzó a jadear tan fuerte que ella se detuvo asustada. Pablo soltó entonces el coñito de su prima y mientras sobaba sus tetas con la mano izquierda, comenzó a masturbarse a tanta velocidad que a los cinco minutos soltaba un considerable chorro de semen que hizo las delicias de la curiosa primita. Pablo la miraba un poco avergonzado pero Mabel lo tranquilizó dándole un cariñoso besito en la mejilla mientras comprobaba la viscosidad de la leche de su primo. Tranquilamente se puso las braguitas y se arregló la camiseta y guiñándole un ojo a Pablo se abrió camino entre la “casita de cajas” que habían construido.

Al día siguiente, Mabel fue en busca de Pablo a la tienda pero su tía le advirtió que estaba en casa con sus hermanos. Mabel quería disfrutar de nuevo aquella increíble sensación así que se marchó a casa de sus primos. Pablo al verla le pidió que lo acompañará a su habitación y ella aceptó encantada. El cerró la puerta mientras sus otros dos primos, Alberto de 13 y Marcos de 12 se quedaban fuera protestando. No hicieron falta juegos de adivinanza. Pablo le pidió que se quitará la braguita y ella le dijo que lo haría a condición de que se quitará todo el. El niño accedió encantado y en un plis plas esteba absolutamente desnudo. Mabel solo se había quitado las bragas y su tímida mirada delataba su nerviosismo. En seguida Pablo levantó su blusa y se lanzó a chuparle los pezones mientras su mano derecha acariciaba rudamente el coñito de la niña que por otra parte no dejaba de observar como crecía la verguita de su primito. Mabel notó que algo muy raro le estaba pasando porque su vagina se estaba inundando de fluidos y eso nunca le había pasado. Cuando Pablo cambió de pezón y de seno, Mabel aprovecho para acariciar con delicadeza aquella verga que se estaba endureciendo como un palo. Pablo suspiró y decidió meter los dedos de nuevo en el coñito de su prima, pero está le pidió que solo lo acariciará. Sin saber nada de sexo, Mabel había descubierto que el placer estaba en su botoncito, así que guió la mano de su primo sobre el y mientras ella apuraba la masturbación, el trataba de darle satisfacción. Está vez, Mabel termino de pajear a Pablo que lanzó tan impresionante chorro de semen que llegó a manchar la falda y la blusa de Mabel. Ella jugaba con la punta de la polla de Pablo impregnando sus manos de leche mientras esté se paraba y dejaba de acariciarla. Un poco frustrada Mabel se bajó la falda y decidió ponerse la braguita. Al darse la vuelta pudo ver a sus otros dos primos en la ventana que da a la terraza con la boca abierta meneándose sus pequeñas pollas mientras la miraban. Sonrió feliz y se fue hacía su casa contentísima.

Días después cuando sus padres la invitaron a ir a la playa, le pidió que llevaran también a sus tres primos que nunca podían ir. Su padre llamó a su hermana Aurora y pasó por la casa a buscarlos. Mabel se arregló para quedarse entre Marcos y Alberto para fastidiar a Pablo. Llevaba puesto un bikini solamente y ellos los shorts de baño. Nada más arrancar el vehículo, Marcos metió su mano bajo el bikini y comenzó a sobarla de tal manera que sus ojos se pusieron en blanco. Alberto como no podía tocarle los pechos ya que lo advertirían los padres, saco su pene totalmente empalmado y llevo la mano derecha de Mabel sobre el. Está comenzó a masturbarlo despacito mientras el más pequeño de sus primitos hacía que la humedad de su coñito empapará su bikini. Cuando llegaron a la playa. Se metieron los cuatro en el agua y Mabel puso sus condiciones. A partir de aquel momento podían acariciarla y meterle mano cuando ella quisiera pero antes de empezar a meterle mano, ellos debían de masturbarse delante de ella. Los tres aceptaron y al día siguiente……………..( pero eso ya es otra historia)

Carlos Traste
Datos del Relato
  • Autor: Siol Anep
  • Código: 8792
  • Fecha: 04-05-2004
  • Categoría: Incestos
  • Media: 5.75
  • Votos: 112
  • Envios: 8
  • Lecturas: 5041
  • Valoración:
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
anonimo
invitado-anonimo 18-02-2010 00:00:00

Buen relato, me ha gustado y me parece excitante eso de que dos niños se toquen. Cuando yo tenia 17 años, a veces tocaba a mi hermana de 8 y ella me pajeaba.

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