Este relato sucedió cuando yo tenía 11 años y mi hermana Cristina 6.
Era verano, asi que no había escuelas y como mi madre nunca estaba en las mañanas, nos quedábamos mi hermana, mi hermano Cesar de 8 y yo solos en la casa.Un día estábamos jugando a que yo cargaba a uno de ellos y le daba vueltas hasta marearlo, entonces le toco el turno a Cristina que traía un shortsito de color rojo que dejaba ver su ya bien redondo y duro culito, la coloque sobre mi espalda como haciéndole caballito pero al irla cargando le tocaba las nalguitas cosa que pareció gustarle pues se reía mas cuando lo hacia. A mi, la tranca se me comenzó a poner dura, me encantaban esas nalguitas paraditas y de carne suave y blanca asi que los turnos de ella se comenzaron a volver mas largos, pero aun era discreto el manoseo, quería que ella pensara que era accidental, pero al ver su reacción decidí lanzarme con todo.
En uno de sus turnos la lleve sobre mi espalda hasta un cuarto al otro lado de la casa donde había una ventana donde podía ver si alguien venia, la puse sobre un sillón y le dije “te gusta si te agarro asi?” y le agarre las nalgas, a lo que ella contesto que si y yo le dije “pues no le digas a Cesar ni a mi mama y jugamos tu y yo asi” ella dijo que si riéndose mientras yo la abrazaba y le agarraba las nalgas cosa que me ponía la tranca a reventar. Regresamos con mi hermano y dejamos de jugar al mareo y les dije vamos a ver la tele. Al ratito le hice señas para que viniera conmigo y a mi hermano le dije que se quedara viendo la tele para que me contara luego. Ella vino tras de mi y fuimos al cuarto de antes donde la volví a parar sobre el sillón para tenerla a la altura y meterle mano en las nalgas, ella puso sus bracitos alrededor de mi cuello y se dejo. Le metí la mano bajo el short agarrándole las nalgas frías mientras con la otra mano le acariciaba las piernas, estaba a mil, sentía que iba a reventar asi que de un tirón le baje el short y las braguitas hasta las rodillas, aun recuerdo su carita con esa sonrisa de sorpresa y complicidad cuando se vio desnudada.
Tenía la puchita rosita y cerrada y las nalguitas redondas y con un lunar en la nalguita izquierda. Con un dedo le recorrí la puchita de abajo hacia arriba un par de veces, pero sin penetrarla. Entonces me detuve en su clítoris que apenas se asomaba, y se lo acaricie suavemente pero con frenesí. Ella se abrazo a mi y yo la bese en el cuello y en la nuca mientras su respiración se aceleraba y su abrazo se hacia mas apretado. Sentí su puchita humedecerse en mi dedo. No podía más, tenía que descargar o sentía que los huevos me iban a reventar. Me saque la verga del pantalón, cosa que a ella le sorprendió pero no le desagrado. “que me vas a hacer?” me pregunto sin dejar de ver un instante mi pene erecto, yo la abrace y le dije que nada que le doliera. Y no mentí. Ella extendió su manita y me acaricio el glande riendo, esa era la cereza de el pastel. Asi de pie como estábamos coloque mi verga entre sus labios vaginales, sin penetrarla, y cerrándole las piernas comencé a moverme en un suave vaivén que aumentaba de intensidad a medida que nuestra respiración se hacia entrecortada. En un momento me dijo “Pégate mas!” con el rostro totalmente enrojecido de pasión, yo le agarre las nalgas y con ese apoyo di rienda suelta a un incestuoso frenesí, el roce de mi verga con su clítoris y su ano la hacia aferrarse a mi con fuerza, se le notaba que estaba a punto de tener un pequeño orgasmo infantil.
Yo la atraje hacia mi al mismo tiempo que vaciaba todo mi semen en su pubis que se derramo por sus muslos manchándole las bragas, me separe de ella, su bonita carita de niña reflejaba una profunda satisfacción. Bajo la mirada y al ver mi verga goteante me pregunto “que te salio?” yo le conteste que una lechita que era solo para las niñas buenas y que si quería mas tenia que guardar el secreto ella asintió y me abrazo. Yo le dije que porque no probaba la lechita que le había hecho. Asi que la senté y le metí mi pene en la boca, me dijo que le gustaba el sabor de la leche aunque era raro, pero que le dolía la boca de abrirla tanto para albergar mi pene en ella, La verga se me comenzó a parar de nuevo pero ya había pasado mucho tiempo y a mi me daba miedo que Cesar viniera y nos descubriera asi que le quite las bragas manchadas y le traje unas limpias. Nos arreglamos un poco y volvimos con mi hermano, no sin antes darnos un último abracito con cariño, prometiendo guardar el secreto.
Bueno este es el relato, tal y como lo recuerdo, de mi primer orgasmo con mi hermana, siguieron muchos más y muchas cosas calientes que si gustan algún día les relatare.
SUELITANO...para que entras a leer esto si no es de tu agrado?...el sitio es de relatos, pueden o no ser verdad lo que cuentan, ahora que haces en este sitio si no es de tu agrado?