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Categoría: Maduras

De regreso a mi pueblo (3)

Después de la noche de streap tease, sigue mi aventura en el pueblo, Edgar está de regreso en mi casa con su novia, después descubro que Carlos está enredado con una amiga de jueventud.



Duermo hasta las nueve de la mañana. Escucho ruidos en la parte trasera de la casa, escucho voces. Salgo a ver quien es, me parece la voz de Edgar, el muchacho que me está ayudando en las cosas del campo.



Salgo sigilosamente y voy hasta donde provienen los ruidos, está el y una mujer joven desnudos culiando, la tiene acomodada en una pequeña mesa, el está de pie, tiene sus piernas colocadas en sus hombros y el le está bombeando intensamente su vagina. Ella tiene unas hermosas tetas, más grandes que las mías, en cada arremetida estas rebotan, se las masajea.



-Mi amor, así fue como me enseñó doña Haydee, ahora yo le estoy enseñando a usted. Yo le dije que se esperara a que alguien me enseñara.



-Rico, mi amor, aprendiste bien, porque me lo estás haciendo muy rico, yo nunca me imaginé que esto fuera así, sino hace tiempo lo hubiéramos hecho.



Yo sigo observando como le desaparece por completo su hermosa verga en la vagina. El se retira y la cambia de posición, la coloca sobre la mesa, ella pegando su cara y aplasta sus hermosas tetas dejando su trasero parado, el desde atrás le comienza de nuevo a hundir la verga, la penetra por completo, la mete toda de un solo envión. Poco a poco va intensificando su mete saca hasta explotar dentro de ella, los dos gimen al unísono.



-Aaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh, uuuuuuuuuuuuuuhhhhhhhhhhhhhhhhh.



El para descargar la haló duro de la cadera y dejó su verga en lo más profundo de su vagina, inundándosela toda de ese líquido caliente que lo hace llegar a la gloria.



Todavía la tiene penetrada y le hablo:



-Buenos días, Edgar, parece que la está pasando bien.



La joven se asusta y busca como taparse sus hermosas tetas. El le desconecta la vagina saliendo un pequeño hilo de semen que recorre sus piernas. El se voltea hacia mi con su verga todavía erecta y chorreando un poco de semen.



-Hola, doña Haydee, pensé que no estaba. Ella es Yessenia, una amiga del pueblo, mi novia.



-Hola Yessenia, yo soy Haydee, la que le habló Edgar.



Ella buscando como cubrirse su vagina y sus tetas me contesta:



-Mucho gusto en conocerla, Edgar me a hablado muy bien de usted. De verdad que usted se ve joven, es muy hermosa.



-Gracias, pero ya tengo 45 años.



-No los aparenta.



Me le acerco a Edgar y le tomo la verga. Ella se queda asombrada.



-Debería de limpiársela.



Tomo un paño y se la froto, dejándola brillosa. Le pregunto a ella.



-¿Le mamó la verga?



-No, doña Haydee. ¿Cómo se hace eso? Yo nunca se lo he hecho.



-Observe.



Comienzo a mamarle la verga, ella no me pierde detalle. Le chupo el glande como comer un helado, la desaparezco por completo en mi veterana boca, le lamo los testículos, lo pongo excitado de nuevo. Me pongo de pie y el intenta culiarme delante de ella



-No, no. Le toca el turno a ella, ya sabe como es, después usted le da una buena mamada de tetas. Yo tengo que salir al pueblo, terminen tranquilos.



Yessenia comienza a mamarle la verga desesperadamente, se la come toda. Los dejo ahí, terminando de culiar.



Me alisto para salir al pueblo. Antes de salir hecho una ojeada detrás de mi casa y ahí están ellos todavía, ella está montada sobre el, tienen toda la energía de los jóvenes, tienen más de dos horas de haber comenzado a culiar.



Estando en el pueblo llamo a mi casa, me contesta uno de mis hijos.



-Mamá, mi papá anda allá, en el pueblo, dejándole unas cosas.



Hablamos bastante.



Me marcho para la casa y de camino me encuentro de nuevo con Carlos.



-Hola Carlos, no ha regresado a mi casa a visitarme.



-Hola, Haydee, no he tenido tiempo. He tenido que ir a la ciudad varias veces y regresar, ese viaje es muy cansado.



Me acompaña a la casa.



-Ahora viene mi marido a visitarme. Ya tengo cerca de dos semanas de no verlo.



-Se ve que se preocupa por usted.



-Así es el, le interesa más su otra mujer que yo.



-Entonces quédese conmigo.



-No puedo, Carlos. Tengo muchos compromisos que he asumido y no podría atenderlo. Busqué eso para no estar sola y ahora me demanda mucho tiempo.



Me abraza y me besa, me aprieta contra su cuerpo, siento su verga bien erecta pegada a mi vientre. Me toma de mis nalgas para pegarme más a el.



-No, mi amor, ahora no podemos culiar, tengo que estar preparada para recibir a mi marido. No se en que condiciones viene el, si me va a necesitar.



-Haydee, por favor, hacemos esto rápidamente.



-No puedo. ¿Qué sucedería si en el momento en que estamos culiando llega mi marido? ¿Por donde lo saco de la casa rápidamente? Espérese que el se vaya.



-Está bien, Haydee, esperaré que se marche.



Antes de soltarme me saca las tetas para mamármelas. Estas siguen siendo bien apetecidas. Después de varios minutos se marcha, voy hasta la parte trasera de la casa para ver si está todo en orden y los jóvenes ya dejaron todo en orden, los encuentro dormidos semidesnudos, ella con sus tetas al aire y el con los pantalones a la rodilla, les hablo.



-No sigan durmiendo, dentro de poco llega mi marido. Vamos a la casa y se bañan, después almorzamos.



Se levantan aperezados. Me dice ella:



-Hay, doña Haydee, que cansados que estamos, fue intenso esta primera vez.



-Espero lo hayan disfrutado.



Nos preparamos para almorzar juntos. Cerca de una hora después aparece mi marido, llega con olor a alcohol. Me besa:



-Hola, Haydee, ya la extrañaba.



-Hola Gerardo, ya extrañaba ese olor a alcohol.



-Pasé por el pueblo y me encontré con un amigo, me invito a un par de tragos.



Molesta lo pase dentro de la casa. Los jóvenes están limpiando todo.



-Que bien que tiene ayuda.



-Si, ellos son novios y vienen a ayudarme durante el día.



Sin mucho preámbulo me lleva a mi habitación, me desnuda poco a poco y comienza a mamarme las tetas, luego se pasa a mi vagina. Mamándome ahí se queda dormido, me deja alborotada, con ganas de culiar. Cuando se despierta, me dice



-Haydee, disculpe, pero me tengo que regresar ya a la casa, tengo un trabajo que preparar y entregar mañana.



Sin mucho protocolo se despide y toma el vehículo y se regresa. Me deja ahí sola y con ganas de culiar.



Me marcho al pueblo, encuentro el automóvil de Gerardo estacionado en el bar. Entro y pregunto por el.



-Está en la habitación del fondo, con Marlene.



Es la puta que visita el pueblo. Me acerco y escucho:



-Ahhh, ahhhh, ahhh, uuuuhhhh, siga, no pare.



Está culiando con ella.



Salgo del bar rumbo a mi casa, de camino me encuentro de nuevo a Carlos.



-Hola, Haydee, la he estado siguiendo, se ve que le pasó algo.



-Si, mi marido ni siquiera se preocupó por mi, salió rápidamente de la casa y lo encontré en el bar, en la habitación de Marlene.



-Vaya, parece que andaba necesitado.



-Lo peor es que comenzó conmigo, no me hizo nada y se vino a buscarla a ella.



-Vamos, yo la acompaño a su casa.



Salimos del pueblo, cuando llevamos medio camino, me desvía a la orilla del río que pasa cerca. Llegamos a la orilla, reconozco el lugar, es el mismo sitio donde me desvirgaron, donde culié por primera vez, sobre el tronco de un árbol. Me dice Carlos:



-Me gusta este lugar, es muy cómodo, aquí se puede acomodar bien para culiar.



-Está bonito el lugar.



Ya está anocheciendo. Comienza a besarme la boca, me besa el cuello, me saca mis hermosas tetas y comienza a mamármelas. Poco a poco me quita el pantalón que ando puesto, me toma de las nalgas y me hala fuerte contra el, siento que su verga está bien erecta. Se inclina y me saca la tanga y comienza a mamarme la vagina, para mi ha sido la semana más increíble que he pasado en el pueblo, culiando como una puta sin serlo. Me mete su lengua dentro de ella, le tomo la cabeza y la aprieto contra ella, me está dando una mamada increíble. Me suelta y esta vez soy yo la que me inclino para mamarle su hermosa verga, me la desaparezco toda en mi boca. Tengo un orgasmo y tengo bien mojada mi vagina. Quedamos completamente desnudos y ahí de pie, comienza a culiarme. Siento que su verga entra en su totalidad dentro de mi vagina, me la tiene bien ocupada. Comienza a buscar un buen lugar para acomodarme y culiarme más tranquilamente. Encuentra un tronco de un árbol que queda rastrero, de buen tamaño. Lo reconozco, es donde me acomodaron para culiarme la primera vez, quedaba bien acostada sobre el. Me acomoda y comienza su ataque fuerte y profundo a mi vagina. Me sube las piernas hasta sus hombros y me hunde toda la verga.



-Uuuuuuuuhhhhhhh, uuuuuuhhhhhhh, ooooooohhhhhhh, aaaaaahhhhhh, riiiiicoooooo noooo paaareeeeeee.



Me tiene bien pentrada.



-Tome, doña Haydee, tenga lo que necesita, verga. Ya sabe, quédese conmigo.



-Siiiiigggaaaa, hágame recordar cuando me cogieron por primera vez en este tronco, fue algo que nunca olvidaré.



Me penetra profundamente y con fuerza, hace que se bamboleen mis tetas.



-Tome verga, doña Haydee, tome verga para que no olvide esta otra cogida a la orilla del río.



Me desconecta la vagina y se sienta el en el tronco.



-Ahora, doña Haydee, súbase y se monta sobre mi verga, quiero mamarle las tetas también.



Me coloco encima de el y me siento poco a poco sobre su verga hasta desaparecerla toda dentro de mi veterana vagina. Comienzo a cabalgarla, me toma de las nalgas y me ayuda a subir y bajar. Me mama las tetas y nuevamente hace que tenga un orgasmo, mojando su verga y sus testículos. Se tensa y siento como se contrae su verga y comienza a descargar su semen, me la llena toda.



-Riiicooooo, mi amor, me llenas toda.



Nos besamos, yo sigo montada sobre su verga, hasta que esta pierde su erección me quito de ella. Mojamos de semen y de mis líquidos sus testículos, se los limpio con mi tanga. Me tengo que regresar a mi casa sin mi ropa interior.



Llegamos cerca de dos horas después de salir del pueblo, estuvimos abrazados en la orilla del río y conversamos de nuestras vidas, el desea tenerme con el. Le vuelvo a recordar que no puedo estar solo con el, tengo mis compromisos y no puedo ser solo de el.



Me despido de el, me quedo sola toda la noche en la casa. Estuve pensando en que me estaba haciendo adicta a la verga, en cada momento soñaba que tenía una metida en mi vagina.



Por la mañana regreso al centro del pueblo a llamar a mi hermana para preguntar por mi madre, no me habían comunicado nada de ella, era mi sexto día, lo he disfrutado como nunca. Me informa que mi mamá tiene que pasar una semana más en el hospital hasta que el médico le de la alta en el tratamiento. Estamos de invierno y comienza llover en la mañana. No ando nada para cubrirme de la lluvia. Corro hasta la casa de una amiga, al llegar escucho gemidos en la sala, la puerta está entreabierta, me asomo y me llevo una sorpresa, está culiando en el sofá con Carlos, mi amigo, la tiene bien penetrada y el está bien prendido de sus hermosas tetas, son más grandes que las mías. Se las suelta y en cada embestida hace que estas se bamboleen.



-Carlos, mi amor, porque no habías venido a buscarme, siempre te he esperado.



-No había podido venir, Marta, estaba ocupado y necesitaba mucho tiempo. Yo pensé que estaba su marido.



-No, Carlos, el me abandonó hace tres años, yo siempre te he esperado.



-Toma, mi amor, voy a descargar todo dentro de ti.



-Siiiiii, miiiii aaaaammmmmooooorrrrr, rico.



Observo como Carlos tensa su cuerpo y le deja hundida la verga en la vagina, le descarga todo adentro.



Vaya sorpresa me llevé, Carlos había estado enredado con mi amiga y no me lo había dicho.



Continuará…



Haydee.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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