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Categoría: Confesiones

Caminando por la playa

Ayer salí a caminar por la playa, eran las 6 de la tarde, el sol en lechería estaba a punto de sumergirse en el Caribe. Estaba medio cachonda y quería respirar aire de mar.

 

Llevaba una tanga diminuta, sin brasier, cubierta de un vestido de seda blanco translúcido, sin maquillaje y con mi cabello suelto. Dejé mis sandalias en el carro para sentir la arena del mar en mis pies.

Ya había caminado un rato cuando se terminó de ocultar el astro rey cuando de pronto sentí que alguien me estaba siguiendo. Me puse un poco tensa y mi corazón comenzó a palpitar más fuerte. Voltee la mirada y Vi que eran dos chicos, tenían pinta de pescadores de la zona. Altos fuertes y con la piel teñida de tanto sol.

Segui caminando y ya estaba bastante oscuro cuando sentí un fuerte tirón por mi brazo, a lo que di un fuerte grito y me resistí sacudiendo la mano del agresor.

– No grites, aquí nadie te oira, no te resistas. Dijo uno de ellos.

No podía ver sus rostros, forcejeabamos pero era inútil para mí porque entre los dos me levantaron del suelo.

Me metieron en una casa de pescadores que está a la orilla de la playa. Yo grite de nuevo llena de miedo y me repitieron el discurso. – cayate que aquí nadie te oira, que haces tú a esta hora caminando por aquí sola… Te vamos a coger para que aprendas que por aquí mandamos nosotros.

Entre en pánico y comencé a pedirles que no me hicieran daño, que les daría dinero pero que me dejarán ir.

El sitio era algo lúgubre, olía a mar, a ropa mojada y secada al sol, habían unos rollos de redes y me lanzaron sobre uno de ellos.

Me arrancaron el vestido y dejaron los pechos descubiertos…

– Que tetas tan ricas tiene está puta dijo uno de ellos.
Y comenzó a tocarme con morbo y sadismo mientras el otro me sugetaba por los brazos y me tapaba la boca.

En el forcejeo me arrancaron la tanguita y uno de ellos la olió y se la guardo en el bolsillo diciendo que este era su trofeo de recuerdo.

Ya estaba agotada de resistirme cuando uno me abrió las piernas con rudeza, paso su lengua ensalibada pon mi vagina y la escupió. – está perra sabe divino, dijo con más morbo, y me penetró con fuerza hasta el fondo.

Tenía una pija enorme, gruesa y dura, pero me dolía y estaba demasiado cerrada.

Se dió con mi vagina y de inmediato sentí que estaba acabando. Un chorro potente de semen estaba siendo vertido en mi vagina. Caliente y abundante. Lo saco y le dijo a su compañero – ahora te toca batir la chicha mía compadre.

Yo estaba desnuda, cogida y exhausta del forcegeo, pero sin darme tiempo a recuperarme y con la boca destapada de esas manos gruesas y toscas les dije – me están haciendo daño, a lo que respondió uno de ellos mientras se montaba sobre mi, – no te lo vamos a hacer suavecito mamita.

Se acomodo la pija en la entrada de mi vagina ye penetró totalmente. Ya el cemen del otro me tenía lubricada. Este tenía una mejor dotación, o yo estaba comenzando a alucinar.

Me follo un buen rato pero yo estaba exitandome también, y de pronto paso lo inesperado… De mis entrañas brotó un gemido de placer… Esa vaina estaba buena y no lo podía ocultar.

– Mira a la perra está le está gustando

A lo que comenzó a darme conas vigor. Yo me di cuenta que no podía perder nada,,, sinoas bien ganar en esta aventura. Me gire completamente y lo puse debajo de mi y comencé a tirarme a ese pescador.

El otro me tomo por el cabello, cosa que me exita de más, y intento penetrarme por mi culo, en su intento no atino mi agujerito y lo metió en la vagina, dónde ya estaba su compadre.

Me estaban metiendo dos vergas enormes por mi Cuca y yo no paraba de estremecerme y gritar de placer mientras tenía varios orgasmos.

Seguimps por una hora tirando sabroso, me mamaron todo el cuerpo, uno de ellos se bebió la leche que tenía, meetieron sus lenguas en mi culo y se sadiquearon con mi cuerpo.

Ya extenuados de placer, me dieron el vestido. Es más me lo pusieron, manosearon una vez más mis tetas y me sacaron del antro.

Les dije que me habían hecho daño pero que si se repetía debian comenzar igual… Que eso me encantaba

Se fueron orgullosos y satisfechos por un lado, yoe dirigí a mi vehículo. Estaba recogida pero llena de sexo.

Hoy ya son las 5 de la tarde y no aguanto que anochezca para volver a caminar y a esperar que los compadres abusen de mi otra vez.

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